Suponiendo que no sabemos hablar chino, claro…, la expresión de nuestra cara suele ser cejas arqueadas, ojos sin parpadear, boca abierta y los hombros levemente inclinados hacia delante y arriba… y nuestro cerebro a toda velocidad intentando descifrar el mensaje hasta que, por fin, reaccionamos: ¡¡¿¿¿¿cómo????!! Y tenemos que volver a empezar.
El español tiene su base en el latín vulgar propio del Imperio romano. Cuando este cayó, el latín culto fue disminuyendo y el latín hablado de entonces fue el germen de las variedades romances hispánicas, origen de la lengua española. Pasaron los siglos y Cristóbal Colón junto con sus tres navíos llegaron a América.
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