El académico de la lengua y especialista en la obra cervantina comenta que la máxima aportación de la primera parte de el Quijote, más que a la lengua, es a la necesidad que ésta tiene de reflexionar sobre sí misma.
El doctor en Literatura Española por la Universidad de Salamanca explica que Cervantes «es muy clásico en su estilo y vocabulario, defiende la claridad y la llaneza del idioma, limpia de ruido el camino pero no lo cambia».
Respecto a por qué se denomina a esta obra como la primera novela moderna en esta lengua, añade que «la modernidad de el Quijote no es estrictamente lingüística, sino formal, temática y metafísica».
En términos de aportaciones léxicas, continúa, Cervantes no incorpora muchos vocablos al español, en comparación de los que aporta Shakespeare (1564-1616) al inglés. «Shakespeare introduce al inglés unos mil 500 vocablos, mientras que Cervantes incorpora al español un centenar. Más que a las formas de la lengua, el manco de Lepanto aporta a la reflexión hacia la modernidad», añade.
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