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Ana Santana (Agencia EFE)

El desafío de hacer una inmersión lingüística con miles de palabras que quedan del guanche

¿Es posible hacer una inmersión lingüística en guanche? Esta es la propuesta que efectúa el escritor Agustín Gajate a partir de un dato: aunque no hay una piedra de Roseta del idioma aborigen, aún perviven miles de palabras de los antiguos canarios que no son solamente topónimos y antropónimos.

Agustín Gajate es un periodista y escritor tinerfeño que planteará este reto mañana en una conferencia sobre la lengua guanche en la Biblioteca Insular de Las Palmas de Gran Canaria, en un acto que forma parte del proyecto Encuentros con el Autor.

«La lengua guanche desde Bartolomé Cairasco de Figueroa hasta nuestros días» es el título de la conferencia que impartirá Gajate, quien explica en una entrevista a EFE que propondrá a los asistentes hacer un viaje en el tiempo y realizar una inmersión lingüística con las formas de expresión usadas por los guanches «que han trascendido hasta nuestros días recopiladas por diferentes autores y en diferentes épocas en todas y cada una de las islas».

La figura central de la disertación es Cairasco de Figueroa como primer escritor canario de renombre nacional en el Siglo de Oro de la literatura española, y que en 1582 estrenó la Comedia del recibimiento, en la que dos de sus personajes, Doramas y Sabiduría, mantienen una corta conversación en lengua guanche, un idioma que el autor hablaba y conocía por vía materna.

Así, Bartolomé Cairasco pone en boca de Doramas: «Guanda demedre tamaranone tasugiet besmia», que significa «invita a celebrar con un modesto banquete».

Desde entonces no se constatan referencias ni obras en las que autores canarios hayan utilizado la lengua guanche como forma de expresión más allá de la recopilación de testimonios orales o de la divulgación de estudios sobre topónimos y antropónimos, añade Agustín Gajate.

Fue precisamente este periodista y escritor tinerfeño el que retomó palabras en esta lengua en su poemario bilingüe de 2013 Achicaxna xaxo agual, palabra de momia paria, y tres años más tarde en la novela Los cimientos de Gomorra, cuyos diálogos están escritos en guanche y traducidos a pie de página.

El primer poema de Achicaxna reza así: «Ynfaca xaxo, ynfaca, Añac aca ererem cah. Ayahirahabi. Ayadahentiren. Ayacaman» (Despierta momia, despierta / que estás en nuestra tierra bajo el universo oscuro / bajo las blancas estrellas / bajo la Luna).

Ello fue posible después de que Gajate comenzara a investigar sobre la pervivencia del idioma de los antiguos canarios y se encontrase con que hay miles de palabras registradas, no solo nombres de lugares y personas, sino incluso la numeración del 1 al 999.

Autores como Antonio Viana también recogieron palabras de los antiguos canarios e incluso Leonardo Torriani recogió dos endechas, una de Gran Canaria y otra de El Hierro, y recientemente el filólogo Maximiano Trapero publicó un diccionario de topónimos que abarca tres volúmenes.

Una de las endechas proclama «Mimetahana zinu zinuha ahemen syen haran hua zu agarfu fenere nuza«, esto es, «¡Qué me importa que me traigan leche, miel y trigo si amor no quiere mirarme!».

«Es una herramienta para usar», afirma Agustín Gajate, también autor del «antipoemario» Nada, nadie, ninguno, quien puntualiza que la lengua guanche ha sido básicamente oral y no hay por lo tanto en las islas una piedra de Roseta que dé la clave de su traducción; no hubo un planteamiento de grabar en piedra su historia, sino, si acaso, de inscribir señalizaciones e indicaciones, como ocurre en los grabados de El Julan (El Hierro).

Por ello, Gajate discrepa de la proliferación de ediciones que comparan la lengua que los pueblos amazighes usan en la actualidad en el norte de África como si fuera igual que la hablada por los guanches antes y después de la conquista castellana.

«Pese a tener probablemente ambas lenguas un origen común, el tiempo transcurrido, con al menos quince siglos de separación, y los avatares históricos en el norte africano mediterráneo hacen que el parecido entre ambas lenguas sea, como mucho, similar al que tienen el italiano y el portugués, ambos procedentes del latín, pero idiomas claramente diferenciados en la actualidad», expone. 

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