Tenemos un lío en los diarios con el condicional. Se usa cuando no se debe, y no se usa cuando se debe.
Sabida es la tendencia de los periodistas a ampararse en ese tiempo verbal cuando no están seguros de algo, situación en la cual harían mejor en confirmar la noticia… o callársela; sin olvidar la posibilidad de atribuírsela a una fuente fiable («la policía sospecha que el concejal delinquió», en vez de «el concejal habría delinquido»). Y ahora observamos, en contraste con ese abuso, la cicatería con que se administra el condicional cuando corresponde usarlo para informar sobre los deseos de candidatos y partidos. Así, han sido vistos merodeando por páginas y ciberpáginas titulares como «Ciudadanos suprimirá el Senado» o «El PSOE desmontará todas las reformas judiciales del PP».
Con ellos se da por cierto que tales proyectos se harán realidad, o que al menos el periodista confía mucho al respecto. Y si ya se ha comprobado lo difícil que resulta cumplir las promesas cuando se han ganado las elecciones, más deberíamos desconfiar si todavía ni siquiera se han celebrado.
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