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Agencia EFE

El Cervantes invierte su «curva de deterioro» pero no llega a la alta demanda de español

El Instituto Cervantes ha invertido su "curva de deterioro", aumenta sus cifras en matriculaciones y va recuperando presupuesto pero no puede llegar a la alta demanda de aprendizaje del idioma español que existe en el mundo, según han puesto de manifiesto este lunes los responsables de la institución.

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y la secretaria general, Carmen Noguero, han explicado a los medios de comunicación los datos del curso académico 2022/23 en un encuentro previo a la reunión del Patronato que han presidido los reyes en el Palacio de Aranjuez y al que ha asistido también el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

García Montero, que ha sido confirmado en su cargo de director del Instituto Cervantes para esta legislatura, ha hecho balance, además del curso académico, de los años que lleva al frente de la institución, a la que llegó en 2018, cuando, ha recordado, había sido vendida incluso alguna sede para hacer frente a los gastos de la plantilla por la crisis económica.

En estos años se ha invertido la «curva de deterioro» que había en el Cervantes, y «soplan buenos vientos» para el español en el mundo, que ya cuenta con 600 millones de hablantes potenciales, ha indicado García Montero, que ha recordado que a su llegada se habían recortado un 40 % las transferencias del Estado y ascendían a 66 millones de euros, mientras que ahora son de 81 millones.

Unas transferencias que, sumados a los ingresos propios y los créditos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, suman 167 464 950 euros.

Pero, han advertido, al haber tanta demanda de aprendizaje de español en el mundo no hay profesores suficientes en el Cervantes, que tiene presencia física en 99 ciudades de 50 países (además de los 209 centros acreditados que cuentan con su aval para la enseñanza del español).

Y cuando no hay profesores suficientes, ha explicado García Montero, se contratan colaboradores que no cuentan con los derechos de los trabajadores de la institución y por eso han reivindicado un aumento de la plantilla.

En la actualidad la institución cuenta con 951 empleados, de los cuales 748 trabajan en la red de centros en el exterior. Una cifra que llegó a ser de 1126 trabajadores y que descendió hasta los 937 en 2019 por lo que, han dicho, se ha roto la dinámica de pérdida de plantilla.

El Cervantes registró en el último curso académico 132 776 matrículas, lo que supone un aumento del 12,26 por ciento respecto al anterior. De ellos, 110 702 correspondieron a cursos de español y el resto a cursos de formación de profesores y de la plataforma Aula Virtual del Español. Además, organizó 15 478 cursos, casi un 8 % más.

En ese período se expidieron 18 179 certificados, de los que más de la mitad fueron del servicio internacional de evaluación de la lengua española (SIELE), una certificación creada por el Cervantes, la Universidad de Salamanca, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Buenos Aires. Actualmente hay 1757 centros de examen en 91 países.

«Tenemos la sensación de que remamos a favor de la corriente porque los datos del español son muy positivos», ha destacado Carmen Noguero, que ha recordado además que, por fin, se ha reconocido el valor económico del idioma.

Ante la demanda «inabarcable» de aprendizaje de español, el Cervantes intenta «todas las formas de expansión de la red para responder», ha dicho la directora general, que ha destacado como gran reto el plan de transformación digital de la institución.

Un Cervantes para el que sus responsables han pedido un incremento «humilde» en los próximos presupuestos generales del Estado y que se sitúen en algo más de 90 millones de euros, para ir «poco a poco» y sin ser una carga para el Estado y en el que prevén que los ingresos propios por matrículas y certificaciones serán similares a los de ahora, con un 43,5 por ciento de autofinanciación.

García Montero, que ha indicado que el Instituto Cervantes «habla bien de España sin mentir fuera», ha recordado en su discurso ante el Patronato que «enseñar un idioma es mucho más que enseñar un vocabulario» y ha destacado cómo «la armonía, la política, están unidas en palabras como concordia y consonancia».

Antes de la reunión del Patronato, Felipe VI ha entregado el Premio Ñ 2023 del Instituto Cervantes al hispanista alemán Dieter Ingenschay (1948), catedrático emérito de Literaturas Hispánicas en la Universidad Humboldt de Berlín, por su labor de difusión del español.

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