Aunque la Real Academia Española define gañán con las dos siguientes acepciones: «Mozo de labranza» y «hombre fuerte» y rudo», pocas personas toman en exclusividad lo que dice nuestro diccionario. La realidad es mucho menos honesta.
En El Gran Libro de los Insultos, publicado por la editorial La Esfera,Pancracio Celdrán define al gañán como el «hombre tosco y primitivo, que no sólo carece de modales, sino que le importan poco». No obstante, esta definición dista mucho de la que tuvo en los siglos XVI y XVII. «En aquella época no era voz insultante, sino descriptiva de la condición social de labrador, jornalero del campo, persona que se gana la vida con las manos».
El escrito español Sebastián de Covarrubias dice en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611):
Los gañanes de ordinario son muy grosseros y grandes comedores de rústicos mantenimientos; y por esso al que come cosas groseras y con exceso y poca policía dezimos que come como un gañán.
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