Este invierno, en el teatro Goya de Barcelona se ha podido ver Prendre partit, de Ronald Harwood, una pieza sobre la música y el nazismo que en el original inglés se titula Taking sides. La traducción, por una vez, ha evitado el gerundio: ¡bravo! No es que una traducción como Prenent partit hubiera sido incorrecta, pero los gerundios de los títulos ingleses siempre se habían traducido con infinitivos o con otros recursos. La novela de Faulkner As I lay dying (1930), por ejemplo, se tradujo con un título tan bonito como Mientras agonizo.
Decía que aquellos gerundios se habían traducido por otros tiempos verbales hasta que un buen día alguien consideró que el gerundio también funcionaba en nuestras lenguas. Y, así, en 1952 triunfó Cantando bajo la lluvia, a partir del inglés Singin’ in the rain , y desde entonces no ha parado de llover… y ha llovido mucho.
Del cine a la lengua
La veda, pues, quedó abierta y títulos que han venido después han sucumbido sin miramientos al recurso fácil de calcar el gerundio original inglés. La película Driving Miss Daisy (Paseando a Miss Daisy ) bien se podría haber traducido De paseo con Miss Daisy o Los paseos de Miss Daisy. También el largometraje del pez payaso Finding Nemo (Buscando a Nemo ), que habría lucido igual con un título como La búsqueda de Nemo, Hay que encontrar a Nemo o ¿Dónde está Nemo?. Sin embargo, no es el peor caso de uso del gerundio. De hecho, son gerundios válidos aunque tienen un origen espurio.
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