En una entrevista con Efe, Dorn reivindica que, a pesar de la pujanza que tiene hoy en día todo lo hispano en Estados Unidos, la herencia española del país es mucho más antigua y se remonta al siglo XVI.
«El primer lenguaje que se asentó en lo que hoy es Norteamérica es el español. En 1513 llegó el primer español conquistador y desde entonces la lengua ha estado presente en Estados Unidos», detalla Dorn, que en el 2005 recibió del Gobierno español la Cruz de Isabel la Católica.
Según la también historiadora y ensayista, la presencia hispana es «cada vez más importante» y prueba de ello es la elección de miembros de esta comunidad para cargos públicos y la creciente demanda del estudio del español en todos los niveles educativos.
Dorn admite que hay «una especie de fluidez» a la hora de referirse a la comunidad hispana, ya que hay quien la denomina «hispana» y hay quien opta por «latina», aunque confiesa que ella prefiere la primera opción y que por ese motivo la sección de la Biblioteca del Congreso que dirige se llama División Hispánica.
«En el siglo XX eran más bien ‘hispanos’, después pasamos a ‘chicanos’, pero dejó de estar de moda, volvimos a ‘hispanos’ y ahora estamos con lo de ‘latinos’, que creo que es más un término político y no científico», recuerda Dorn.
La División Hispánica de la Biblioteca del Congreso augura que el término ‘latino’ «no va a durar».
«Si decimos ‘latinos’ incluimos a los italianos, los franceses y los rumanos, que son latinos también. Y el término Latinoamérica surgió con Napoleón, que en 1800 se metió en Luisiana y en Haití y empezó a decir l’Amerique Latine. Antes de eso era Hispanoamérica e incluía a Brasil y Haití», explica Dorn.
Nacida en Budapest (Hungría), criada en España y Argentina e instalada en Estados Unidos desde joven, Dorn ha encabezado durante los últimos 20 años la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso.
Esta sección cumple en el 2014 su 75 aniversario, puesto que fue creada en 1939 por el filántropo Archer Huntington, también fundador de la Hispanic Society de Nueva York, y se convirtió en la primera división de la mayor biblioteca del mundo dedicada a una lengua diferente del inglés.
Entre los más de 13 millones de objetos que alberga la División Hispánica, que comprenden desde la Edad Media hasta la actualidad, se incluyen unos 3,5 millones de libros en español y portugués, así como mapas, películas o partituras musicales.
Otros de sus documentos más preciados son sus grabaciones de poesía recitada, que cuenta con registros de las voces de unos 700 autores, que en los últimos años ha incorporado, además de en español, varios trabajos de poetas estadounidenses de origen hispano en inglés.
«Es una cosa de los últimos diez años. Antes escribían más que nada en español, después empezaron a mezclar los dos y ahora hay otros que escriben en inglés solo», señala Dorn.
La jefa de la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso reconoce su preocupación por que muchos jóvenes hispanos que han crecido en Estados Unidos no hablen bien español y recomienda «no idealizar el ‘espanglish’», pero asegura que «no hay ninguna duda de que el español va a sobrevivir».
«Más y más gente es completamente bilingüe en español e inglés. Eso no les pasa a otros idiomas, por ejemplo los nietos y biznietos de los italianos que llegaron en gran número en los últimos 200 años ya no saben italiano», apunta Dorn.
«Las universidades y la academia de la lengua mantienen el idioma», añadió la también miembro numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), una institución que la próxima semana celebra el 40 aniversario de su fundación con un congreso que tendrá lugar precisamente en la Biblioteca del Congreso.