El anónimo dibujante, filólogo y profesor que está detrás de don Pardino —junto a una amiga médica de identidad secreta— ha intervenido de forma telemática este sábado en la quinta edición del congreso Trabalengua, organizado por la Fundación San Millán de la Cogolla, en el que una docena de expertos analizan el uso de la lengua en redes sociales y otros formatos lingüísticos.
Desde 2015, don Pardino aplica su máxima «la letra con humor entra» para enseñar un contenido ortográfico y gramatical «ameno pero enjundioso» a sus 78 000 seguidores de Twitter e Instagram.
Consejos como que el prefijo super- va unido siempre a la palabra, la diferencia entre rallar queso y rayarse, los usos de sino y si no y recordar el uso de mayúsculas y los signos de exclamación e interrogación son algunos de los contenidos de sus últimas viñetas.
Aunque su alter ego considera que don Pardino no es uno de los más personajes más conocidos en las redes sociales, «modestamente», está satisfecho con sus seguidores, sobre todo maestros, profesores universitarios y profesionales que trabajan con la lengua, como traductores y correctores.
Sin embargo, reconoce que no tiene el tirón de La Vecina Rubia, otro personaje de ficción que, entre otras cosas, también defiende el buen uso de la lengua y si tiene dudas, las lanza a la Real Academia Española (RAE), que «no tarda en contestar» por la repercusión que tiene gracias a sus casi 4 millones de seguidores.
El sabio don Pardino es un calvo barbudo canoso, cuya estética recuerda a los cómics editados por Bruguera, un tipo de tebeos que «ya no quedan» en el mercado, por lo que sus creadores se consideran «especiales y originales».
La publicación de viñetas de don Pardino no tiene una periodicidad fija, aunque intentan que sea semanal y, como cada mes suman nuevos seguidores, en ocasiones, «tiran de archivo» y «reciclan» material de hace unos años.
Su lema «ameno pero enjundioso» se cumple con el rigor científico que sus creadores aportan a cada viñeta al incluir bibliografía y enlaces de la Real Academia Española y la FundéuRAE —promovida por la Agencia EFE y la RAE— para complementar su trabajo, ya que huyen de las publicaciones «superficiales» que tanto abundan en las redes sociales.
Este profesor, quien cree que antes se exigía más corrección lingüística a los alumnos en sus exámenes, ha apreciado que a los estudiantes actuales les cuesta mucho organizar párrafos e hilar las ideas en un texto, quizás porque predomina el uso de los textos cortos en los mensajes de mensajería móvil y en redes como Twitter.
«Los jóvenes ya no escriben cartas ni textos muy desarrollados», ha lamentado, lo que ha perjudicado su forma de esquematizar sus ideas en los exámenes.
Otra de las batallas de don Pardino ha sido reivindicar el uso de tildes en las etiquetas que se usan en las redes sociales, a través de la campaña #acentúate, pero descubrieron que el algoritmo discrimina ese contenido en función de las tildes y no llega al mismo número de seguidores.
En Trabalengua ha realizado una viñeta en directo, con la participación de los asistentes, quienes han podido disfrutar su proceso creativo.