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Carmen Naranjo (Agencia EFE)

«Deliberando groserías», el «espanglish» llega al Congreso de la Lengua

La expresión deliberando groserías es espanglish y no se refiere a debatir sobre improperios, sino al reparto de alimentos, pues procede del inglés delivering groceries.

Es un ejemplo citado por la escritora española María Dueñas en el Congreso Internacional de la Lengua Española, en la ciudad de Cádiz, donde este martes se debatió sobre este fenómeno lingüístico.

La Real Academia Española (RAE) define el espanglish como la ‘modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos en la que se mezclan elementos léxicos y gramaticales del español y el inglés’.

Según constató Dueñas, autora de éxitos literarios como El tiempo entre costuras, el espanglish es un ejemplo de mestizaje.

Y es «una riqueza total», ya que las lenguas «son producto del paso de la vida, fenómenos naturales que ni se pueden ni se deben limitar», dijo en un encuentro con un grupo de periodistas.

Otra cosa es que haya un control, indicó la autora, pero no se puede velar por la pureza absoluta de una lengua.

El uso literario del espanglish en América ha sido el tema de una de las mesas redondas del día, en la que Dueñas explicó cómo refleja en sus novelas esta modalidad idiomática.

Lo hizo sobre todo en la novela Las hijas del capitán, para cuyas protagonistas, jóvenes inmigrantes en Nueva York, «es casi una forma de supervivencia, una primera forma de aprender a comunicarse».

Dueñas cree que el espanglish es una lengua muy natural y fluida, de gente que convive con dos idiomas distintos en casa y en la calle, y un fenómeno creciente entre los creadores de origen hispano.

Es un inglés americano combinado con español hispanoamericano que la escritora compara en España con el llanito de la colonia británica de Gibraltar, que mezcla el inglés con el español con acento de la región española limítrofe de Andalucía.

María Dueñas llegó muy joven a Estados Unidos, después de acabar la carrera de Filología Inglesa, dio clases de español y descubrió palabras que fue incorporando a su forma de hablar.

Pero, según advirtió, no se habla espanglish por el hecho de introducir ciertas palabras del inglés en el español cotidiano.

«Yo abogo porque no abusemos sin necesidad del espanglish: está muy bien usarlo cuando se da el contexto, pero hay que tener también un poco de cuidado y no utilizarlo para parecer más cool y caer en lo absurdo», recomendó la escritora. 

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