De acuerdo con las diferentes combinaciones de colores y con el papel que se emplea en la construcción del papalote se llamaban: barillete, de varios colores dispuestos horizontalmente en franjas paralelas; de barras, de franjas dispuestas de arriba abajo; alfajol, a dos colores en triángulos iguales unidos por la base; de tablero, en forma de tablero de damas a dos o más colores; media luna, a dos colores, generalmente en fondo azul y con una media luna blanca.
Se denomina chiringa a una forma mínima de papalote, que se hace con un papel común doblado por las esquinas con la parte inferior recortada a pico, de manera que queden cogidas por tres hilos que forman el frenillo —’hilos que sujetan los extremos del papalote para elevarlo al aire e imprimirle movimientos a los lados’—. La chiringa tiene también su cola o rabo, que, bien medido y calculado en cuanto a tamaño y peso del papalote, lo convierte en dócil instrumento. Las chiringas eran el recurso de los niños más pobres.
Golilla es la parte superior de la cola o rabo, más pesada que el resto y con distintas formas según el gusto del papalotero; zapatilla, la rueda o recorte de cuero o cartón que se coloca en el centro del papalote sobre la cara recubierta de papel a la que sirve de protección cuando pasa el hilo del frenillo; palitroque o monigote, el pedazo de madera en que se enrolla el hilo cuando termina el juego.
La acción de elevar y jugar con el papalote se denomina empinar; la de dar o soltar el hilo, arriar, y la acción rápida que se ejecuta con ambas manos para ir recogiendo el cordel con el fin de que el papalote cambie de posición a derecha o izquierda al hacer presión sobre el viento, halar o tirar.
Cuando el cordel de un papalote es cortado por la cuchilla que pende del rabo de otro se dice que aquel se fue a bolina, expresión que ha pasado a formar parte de nuestra variante del español no solo en referencia a este juego. Cuando dos papalotes se atacan y enredan uno al otro hasta quedar ambas cuerdas estiradas: la que parte primero da al otro la victoria y la codiciada presa; este accionar era conocido como embrollo. Cuando el papalote da vueltas sobre su eje central y se vuelve difícil de dominar, es necesario dar tortolilla, es decir, ‘dejar correr el hilo en banda hasta hacerle recuperar el equilibrio’.
A menudo, al recogerse el hilo, cae a los pies del papalotero, se enreda y forma un montón o maraña. Es el momento en que el papalotero ha de mostrar toda su maña para desenredarlo e impedir que se formen nudos.
En fin queda mucho por decir; pero te lo dejo para que investigues un poco al respecto.