Entre la arabía recién llegada estaba haqq, voz que significaba ‘propina, retribución’. Pronto esta palabra se adaptó a la fonética peninsular y se convirtió en hoque, con la variante alboroque, que en 1726 el primer diccionario de la Real Academia Española definía: ‘El don o dádiva que suelen hacer los que compran o venden a la persona o personas que intervienen en el ajuste del precio, o solicitan el despacho del género que se vende. Y también se extiende a significar el agasajo o regalo que una persona hace a otra por haberle solicitado alguna dependencia, como agradecimiento y remuneración, de su cuidado y trabajo…’.
Debió suceder, no pocas veces, que la propina esperada nunca llegó y por eso la expresión «trabajar de hoque» pasó a significar «trabajar en balde». Así lo registró en 1627 Gonzalo Correas, en su Vocabulario de Refranes y Frases Proverbiales:
«De hoke: Dízese kuando alguno toma o se le da algo de más de lo prinzipal, komo por vía de soborno o aprovechamiento; kasi lo mesmo ke: «De sotake». «Kiere llevárselo de hoke»: de balde. «Kiere esto u estotro de hoke» y también Komer de hoke. Por: «Komer de balde» entre otros, i de sakaliñas».
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