–¿Vemos a Cela a través del personaje que creó? ¿Eso le perjudica?
–Al escritor es difícil que lo perjudique, porque lo que define a un autor es su obra y la obra tiene una vida autónoma. Él murió en 2002. Los lectores de las nuevas generaciones que no lo hayan conocido apenas le recuerdan y sí lo leen. Su figura no perjudica a su legado, pero hay determinadas expresiones de la última etapa de su vida que han enturbiado su imagen. Ahora tenemos una ocasión para hacernos con el Cela completo y no dejarnos conducir por la anécdota de sus últimos años.
–¿Cómo era?
–Tuve con él mucha relación y he trabajado su obra. Soy editor de La colmena y La familia de Pascual Duarte.
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