En un acto sobre lenguas y desarrollo celebrado en la sede de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), las tres comunidades analizaron la situación de los idiomas de sus regiones y subrayaron la necesidad de que las mujeres y los jóvenes formen parte del desarrollo de las naciones.
Así, en una reunión previa, firmaron un acuerdo con el que pretenden «fortalecer el papel de la cultura y las lenguas para un crecimiento compartido, inclusivo y sostenible».
Los tres espacios esperan que las personas jóvenes y las mujeres, a quienes identifican como «actores esenciales del desarrollo», según el texto, «contribuyan plenamente» en dicho crecimiento.
La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, llamó la atención sobre el hecho de que estas tres comunidades engloben a 1600 millones de personas en el mundo y «80 países, Estados y territorios».
Estas comunidades, a su juicio, «representan una importante diversidad lingüística» y «también se encuentran hilvanados por tres de las grandes lenguas internacionales», el español, el portugués y el francés.
«Compartir un idioma tiene implicaciones que van más allá de lo meramente pragmático, compartimos también estructuras cognitivas, universos simbólicos y afectivos y el inmenso patrimonio cultural que ha sido construido con los ladrillos del español, el francés y el portugués», expresó.
En ese sentido, recordó la «base latina» que hermana a estos idiomas «de manera profunda e invisible».
Grynspan opinó que «el mundo está lleno de identidades excluyentes, polarizantes, estáticas y simplificadoras, que nos reducen a una sola categoría» pero destacó que esta unión de comunidades muestra que «es posible cooperar en la diversidad y unir fuerzas respetando las diferencias».
Por su parte, la secretaria general de la Francofonía, Michäelle Jean, recordó que este encuentro escenificaba un «momento muy simbólico» desde que los tres espacios se reunieran en Lisboa en 2015 para hacer un llamamiento en favor del humanismo universal.
«Preservar la diversidad cultural y lingüística es fundamental, pero no es un fin en sí mismo, tenemos que reivindicar la igualdad jurídica entre todos los Estados para vivir juntos y crear una población mundial más inclusiva y pacífica», aseveró.
Las secretarias se refirieron al peso económico de los idiomas, un aspecto que «no se ha de subestimar», según Jean.
Otro de los temas que estuvo muy presente en la conversación fue el hecho de que las tres secretarias sean mujeres, una coincidencia que no se había dado con anterioridad.
«Las mujeres queremos actuar, mas allá de lo que nos une, tenemos la misma voluntad, una gran fuerza de convicción, ideales y valores», añadió la haitiana.
La secretaria ejecutiva de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesas, Maria do Carmo Silveira, recordó que el encuentro de hoy sirvió para «enfatiza la diversidad lingüística y el diálogo intercultural como actores de paz y progreso de la humanidad».
Do Carmo explicó que la lengua «constituye un elemento unificador» que en tiempos de globalización puede «levantar barreras o construir puentes entre los pueblos».
«Nuestra unión responde a un deseo de organización en un frente común», enfatizó la secretaria, nacida en Santo Tomé y Príncipe.