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| Ana Mendoza (Agencia Efe)

Cervantes protagoniza el pleno público de la RAE «en un lugar de la Mancha»

El pleno de la Real Academia Española se trasladó  a la Mancha, al escenario de las aventuras quijotescas, para rendirle homenaje a Cervantes, verdadero protagonista de una sesión en la que también se debatió sobre palabras como selfie y chakra.

Dario Villanueva y Pedro Ángel Jiménez visitan la cueva de Medrano. ©EFE/Mariano Cieza Moreno

Ante las más de 400 personas que llenaban el teatro de Argamasilla de Alba, el escritor Arturo Pérez-Reverte aprovechó la ocasión para reivindicar que se potencie la ruta cultural del Quijote y que cuente con el debido «respaldo económico, político y social».

Y ningún sitio mejor para formular esa petición que esta localidad, «corazón de esta Mancha al mismo tiempo tan mencionada por el oportunismo y tan marginada en la realidad», dijo el autor del capitán Alatriste.

Tras el pleno abierto al público que la Academia celebró en el 2012 en Cádiz, para rendir homenaje a la Constitución de 1812, los académicos eligieron Argamasilla de Alba para su segunda sesión extraordinaria, con motivo del IV centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote.

Además, como dijo Darío Villanueva, director de la RAE, al principio del pleno, uno de los objetivos de la Academia es «mantener vivo el recuerdo» de quienes contribuyen a la gloria de las letras en español, y nadie duda de la importancia de Cervantes en ese sentido.

En Argamasilla está la cueva de Medrano en la que, según la tradición, Cervantes estuvo preso, y que hoy fue visitada por veintidós académicos de la Española y cuatro latinoamericanos, acompañados por el alcalde de la localidad, Pedro Ángel Jiménez.

Con anterioridad, todos ellos habían hecho una parada en los molinos de viento de Alcázar de San Juan, para posar ante el símbolo mejor conservado de cuantos se mencionan en el Quijote.

La jornada había comenzado en Toledo, donde la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, recibió a la RAE y les dijo que Cervantes «nos pertenece a todos aquellos que hablamos una lengua tan bella, tan importante y que ha dado tanto a la humanidad».

A la lengua del Quijote se refirió en el pleno el lexicógrafo Pedro Álvarez de Miranda, que rastreó la huella de «ese prodigio literario» en el idioma español, que ha convertido en nombres comunes la propia voz quijote y las de dulcinea, rocinante y maritornes. Esas palabras están en el diccionario académico.

Derivados como donquijotesco, quijotada, quijotil, sanchopancesco, escuderil, forman parte de nuestro lenguaje, como lo hace la expresión molinos de viento con el valor de ‘enemigos fantásticos e imaginarios’.

Y hay muletillas y frases que se atribuyen al Quijote, aunque no figuren en él, o no al menos como se pronuncian. Es el caso de desfacer un entuerto, que en la novela cervantina es en realidad desfacer tuertos.

Por mucho que se busque, no está en el Quijote la frase ladran, luego cabalgamos, un asunto estudiado por el gran cervantista Francisco Rico, ausente en el pleno de hoy.

«Inagotable riqueza la del Quijote, que da hasta de lo que no tiene», dijo Álvarez de Miranda.

Discursos aparte, la sesión se desarrolló como si fuera un jueves cualquiera en la sede de Madrid de la RAE y, como manda la tradición, el pleno comenzó con unas preces en latín.

Sin duda, fue una ocasión excepcional para los numerosos asistentes poder ver a los académicos en plena acción, hablándose de usted unos a otros, aunque muchos de ellos sean amigos, y tomando la palabra para argumentar razones a favor o en contra de lo que se debatía en cada momento.

En la sesión, se proclamó la candidatura del cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, la única presentada para cubrir la vacante dejada en esta institución por José Luis Sampedro, de quien José Manuel Sánchez Ron leyó una amplia necrológica.

Uno de los momentos más interesantes fue el de la discusión de palabras que podrían incorporarse al Diccionario, como selfie, chakra y una nueva acepción del adjetivo patético, presente en ejemplos como «el discurso de ese político ha sido patético».

El académico Juan Luis Cebrián defendió la incorporación de selfie escrita como en inglés, aunque la Fundación del Español Urgente (Fundéu), que eligió esa palabra como la más representativa del 2014, prefiere que se escriba selfi.

Cebrián apuntó una posible definición de selfie: ‘fotografía que uno toma de sí mismo con una cámara digital o teléfono inteligente, con frecuencia para compartirla en las redes sociales’.

Habrá que decidir también el género de esa palabra: ¿un selfie o una selfie?, igual que sucede con chakra, una palabra propia del budismo y de otras filosofías orientales que propuso la filóloga Inés Fernández Ordóñez y cuya ortografía no está clara: ¿chakra o chacra?

Y Luis Mateo Díez justificó la necesidad de incluir una nueva acepción del adjetivo patético, equivalente a ‘algo penoso, lamentable, deplorable’.

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