Son vengadores del correcto castellano. Acción Ortográfica de Madrid denuncia que en el espacio público hay muchos mensajes que duelen solo de leerlos. A los acentos no les damos tanta importancia. Primero porque hay algunos mitos como que las mayúsculas no se acentúan, pero no es verdad. Para los protectores del lenguaje, las faltas de ortografía o de expresión son ruido que nos rodea y que se cura leyendo, con «y» claro está.