En una entrevista con Efe, Bonet, que tomó posesión de su cargo al frente del Cervantes el pasado 8 de febrero, ha explicado que tras unos años en los que las circunstancias presupuestarias no han permitido la expansión del instituto, el «moderado optimismo» respecto a las perspectivas económicas hace que se contemplen los planes de convertir «antenas», como denomina las pequeñas delegaciones, en centros propiamente dichos.
Se trata principalmente de Dakar y Seúl, ya que aunque al director del Cervantes le parece «deseable» reforzar la red en Estados Unidos, ha reconocido que todavía no está «totalmente perfilado» esta estrategia que pasaría por abrir centros en Washington y en alguna ciudad de California.
La expansión del español es un hecho y por ello, ha indicado Bonet (París, 1953), por indicación del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, el Cervantes, la Real Academia (RAE) y la Biblioteca Nacional de España han comenzado a diseñar una operación de Estado entorno al idioma para poner de relieve su trascendencia tanto cultural como económica.
Un «gran proyecto» que está empezando «a fraguar» y que tratará la dimensión del español como lengua milenaria y de futuro y al que están llamados a sumarse muchos más actores de la cultura, la política y la economía, ha explicado el director del Cervantes.
A través de este plan se desarrollarán estrategias y actividades que pongan de relieve «el inmenso patrimonio que representa el español a ambos lados del Atlántico», tanto desde el punto de vista económico como de vehículo de comunicación.
Entre las prioridades de Bonet se encuentra también ampliar la actividad cultural del Instituto Cervantes ya que, aunque cree que se encuentra muy consolidada, hay que recuperar «un ritmo más fuerte» en lo que a exposiciones se refiere.
Así, con un presupuesto similar al de 2016, en el que el Cervantes recibió 115 millones de euros, en los de este año, que Bonet presentará el próximo viernes en el Congreso de los Diputados, se dedicarán más de 3 millones a las actividades culturales.
«Quiero vincular más a los creadores contemporáneos al Cervantes, con una mayor presencia de pintores, escultores o fotógrafos de las últimas generaciones y también estoy pensando en un plan de mayor colaboración con los museos, fundaciones y sociedades de autores en exposiciones», ha explicado.
Un plan de exposiciones con su «sello» personal que comenzó con la que el Instituto Cervantes inauguró el pasado 19 de abril sobre el escritor español Max Aub (París, 1903-México D.F., 1972) en un momento «en el que se le cuestionaba absurdamente y no se entendía muy bien porqué», ha señalado Bonet.
Un gran escritor que no debe ser olvidado y que han redescubierto para ese público que «estaba desconcertado al ver su nombre asociado a polémicas», ha indicado en referencia al la decisión de la entonces concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, de quitar los nombres de Max Aub y Fernando Arrabal a dos salas dependientes del Teatro Español.
Bonet está diseñando también un plan de exposiciones de fotógrafos «que trataron y retrataron a escritores o a pintores», muestras cuyos comisarios serán autores «que den su mirada sobre esos mundos» y la primera de las cuales se dedicará al cubano Jesse Fernández (La Habana, 1925-París, 1986).
Habrá también una serie de exposiciones sobre historia cultural, como la que se proyecta sobre las relaciones culturales de varios siglos entre Brasil y España.
Bonet ha expresado también su interés en colaborar «y no competir» con las instituciones autonómicas para promover las lenguas cooficiales y ha recordado que aunque a veces se reprocha al Instituto Cervantes que no tiene suficiente oferta, la enseñanza que imparte no es como la de una Facultad de Filología sino que depende de la demanda que exista sobre éstas.