Esas fronteras entre palabras que usted cree que escucha son una ilusión; hablamos de corrido. Nos dice Pinker que por eso es que, cuando escuchamos una lengua desconocida, no podemos identificar dónde termina una palabra y empieza la que le sigue en una cadena oral.
En un documento escrito sí, aunque no lo pueda leer. Hablar es una continuidad física de ondas sonoras. Y esa continuidad en ocasiones nos tiende sus trampas, pues provocan cadenas de sonidos que se pueden interpretar o entender de dos maneras distintas como en el caso de «Qué desea comer» y «Quédese a comer».
[…]
Leer más en elnuevodia.com