«Hemos inaugurado hoy la nueva sede en el centro Jorge Luis Borges de Teherán y estamos muy, muy gratamente sorprendidas por el nivel de español que hemos encontrado entre los alumnos iraníes», dijo a Efe Sofía Doumani, profesora universitaria y evaluadora de CELU que junto a la también docente Claudia Dachary ha viajado a Teherán para llevar a cabo la prueba.
«Creemos que la certificación aquí tiene una gran proyección a futuro, porque que el español está ahora mismo en un proceso de expansión muy grande», añadió.
El CELU, acreditado por los ministerios de Educación y Exteriores, evalúa la capacidad de comunicarse en español como segunda lengua. El examen se lleva a cabo en una quincena de países, entre ellos varios europeos, Brasil, Tailandia, Singapur y, ahora, también Irán.
«Estamos muy contentos de haber abierto aquí una sede, porque antes no había desde Milán hasta Shangai. Además, este nuevo centro no es solo Irán, es la región. Nuestra expectativa es que esta sede se convierta en un modelo para el resto de países y que el estudio del español se siga expandiendo en la zona», explicó a Efe Facundo Meli, cónsul de la embajada de Argentina en Teherán.
Al contrario que otras, la certificación CELU no otorga un suspenso o aprobado, sino que acredita un nivel de desempeño del uso del idioma. «CELU evalúa el uso de la lengua en su totalidad, teniendo en cuenta el marco de referencia común europeo y considerando que el alumno es un actor social», explicó Doumani.
El test consta de cuatro actividades escritas (lectura y comprensión, toma de decisión, defensa de un punto de vista y carta a un periódico) y tres orales (presentación, comentario de láminas y juego de roles).
Este año se presentaron a la prueba cuatro alumnos iraníes, una cifra que el centro de estudios y la embajada esperan que aumente en los próximos años, como el número de estudiantes que se presentan al DELE del Instituto Cervantes, que ha pasado en pocos años en Irán de menos de diez candidatos a más de doscientos.
Farzane Fathí Neyad, directora de la sección de español del Instituto Canoon, explicó que «hasta hace un año costaba mucho conseguir en Irán libros en español, pero ahora hay una editorial llamada Jungle que ha publicado varios libros y ha facilitado mucho la enseñanza».
Naymé Llobeirí, directora del departamento de español de la Universidad Alamé, con 107 estudiantes, señaló que los iraníes «quieren aprender español porque facilita oportunidades en el mercado laboral, con trabajos en traducción, enseñanza o en radio y televisión», y aseguró que el 80 % de los licenciados en español en Irán encuentran trabajo.
Los centros de enseñanza de español reconocen que las sanciones internacionales a Irán y el cierre de empresas extranjeras ubicadas en el país redujeron en los últimos años el número de estudiantes que buscan aprender otros idiomas, una situación que esperan cambie en un futuro próximo.