Si quien así lo dice es de Hispanoamérica el asunto es más disculpable, pues estas tierras marroquíes quedan al otro lado del charco; mas cuando el que usa esa denominación es de España la cosa tiene un perdón más difícil, pues, no en vano, en la historia de estos dos países vecinos hubo muchos años en los que ese bello pueblo costero estuvo bajo administración española. Y antes, siglos antes, ya tenía nombre en español ―Arcila― y también en portugués ―Arzila―.
Lo curioso es que los mismos que dicen Asilah pueden además contarnos que está situada en la costa norte de Marruecos, entre Tánger y Larache; pero a ninguno de ellos ―de momento― se le ocurre decir que está entre Tancha y Al Araish, que son los nombres árabes de esas dos ciudades… ¿Por qué el topónimo Arcila está moribundo mientras que sus dos vecinos costeros siguen vivitos y coleando? ¿Alguien puede explicármelo?
Lo mismo le sucede a otra población del norte de Marruecos, que también tiene nombre en español ―Alcazarquivir―, topónimo tradicional en nuestra lengua hoy muy ninguneado por muchos hispanohablantes que prefieren llamarlo en árabe: Ksar el Kebir… Menos mal que en aún queda gente que al hablar de esa ciudad, sobre todo los judíos nacidos allí, la mencionan cariñosamente como Alcázar.
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