Necesitamos palabras que nos permitan reconocer su existencia en la sociedad, conceptos que nos permitan analizar las situaciones de discriminación para pensar en estrategias que las aborden.
Nombrar es conceptualizar una realidad social que permanece invisible, para hacerla tangible en la construcción del discurso. De manera simple, lo que no se nombra no existe. Nombrar es también un ejercicio de poder, y sirva como ejemplo reciente el interés de la Administración Trump en prohibir palabras como diversidad, feto, transgénero, basado en datos científicos… en la esfera de la sanidad pública.
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