[…] Así, por ejemplo, se puso en boca de Lope de Vega (nada menos) esta oración dirigida a Cervantes: «Solamente sois el cronista de este evento». El término evento se refería ahí a la ratificación en Valladolid del acuerdo de paz entre Inglaterra y España, pero en el siglo XVII no se definía con esa palabra un acto previsto y ordenado.
Evento (del remoto verbo evenir) se aplicaba entonces a un acaecimiento, es decir, a algo que sucedía «impensadamente o contra lo que se presumía o esperaba»; por tanto, algo inseguro (de ahí su relación con eventual y eventualidad). Hoy en día, sin embargo, esa cadena cromosómica se ha roto con la descuidada clonación del inglés event, y evento se aplica ya a cualquier acto organizado.
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