MARCO MARTOS, presidente de la Academia Peruana de la Lengua: Los diccionarios cuando aparecen suscitan controversia y eso no debe apenarnos en materia de lengua puesto que esta pertenece a todos, cualquiera puede opinar y su punto de vista es siempre valioso. El diccionario de la lengua española siempre fue hecho por españoles y cuando algún hispanoamericano quiso influir en el pasado, salió descalabrado. La Real Academia Española está cambiando lentamente de actitud y empieza a considerar el punto de vista americano en el diccionario que se considera de todos.
FRANCISCO ARELLANO OVIEDO, director de la Academia Nicaragüense de la Lengua: En su contexto, este diccionario, edición 23, es excelente en todos sus aspectos. Para el próximo habría que pensar en un diccionario más acorde con la realidad, menos españolismos y más americanismos. De esta manera se podrían suprimir palabras de uso en una provincia o sector limitado de España e incluir americanismos de uso en seis países, a fin de que sea un diccionario de la lengua española y no un diccionario del español de España.
SUSANA CORDERO, directora de la Academia Ecuatoriana de la Lengua: Es, lo fue siempre, un lazo de unión y comunicación, posibilidad de incesante revelación entre los millones de hablantes del español en el mundo: antiguo, vario, nuevo, complejo y siempre por hacerse. Define en sus páginas el fluir de la lengua y nos permite averiguar, a solas y en silencio, el múltiple sentido, más o menos secreto, de los términos que incluye. Se abre a interminables sugerencias y consigue que todos nos sintamos representados en él: desde España, de tricentenaria academia, hasta los Estados Unidos, cuyos cincuenta millones de hablantes agradecerán la presencia del espanglish y backstge ―escritas en cursiva, pues conservan la ortografía originaria― o la adaptación ortográfica baipás. Quizás lo mejor del DILE es que no pretende ser políticamente correcto, y aunque depura significados prejuiciados como `débil y endeble’ en la antigua sexta acepción de `femenino’, acepta las palabras con los sentidos de siempre, sin procurar limpiar el término ―que no la realidad― con eufemismos y reticencias que solo conducen a ignorar las contradicciones y equívocos de nuestra condición.
MARIO ANTONIO SANDOVAL, director de la Academia Guatemalteca de la Lengua: El Diccionario en su XXIII edición recoge de manera clara el trabajo de colaboración de toda las academias hispanoamericanas. Por eso se le puede llamar Diccionario de la Lengua Española, DILA, no de la Real Academia Española, DRAE. El significado de la obra, entonces, es su espíritu y tarea panhispánicos.
FRANCISCO JAVIER PÉREZ, presidente de la Academia Venezolana de la Lengua: Es una obra de gran significación, no solo por entenderse como edición conmemorativa de la histórica fecha, el tricentenario de la RAE, sino porque señala un antes y un después en la concepción del más importante diccionario de la lengua: poner punto final a la herencia descriptiva de tres siglos y anunciar la ruta moderna que ha de seguir en adelante.
BRUNO ROSARIO CANDELIER, director de la Academia Dominicana de la Lengua: Esta nueva edición resulta enriquecida en calidad y en cantidad. El desarrollo de la sociedad conlleva la pérdida de algunos vocablos de la lengua tradicional, pero presenta nuevas voces que responden a las nuevas circunstancias y modalidades profesionales o tecnológicas. Por ejemplo, los jóvenes desconocen muchas de las palabras que usan sus mayores, aunque emplean otras que sus mayores ignoran.
NANCY MOREJÓN, directora de la Academia Cubana de la Lengua: Quizás sea un lugar común declarar que la enorme comunidad hispanoparlante es testigo de un feliz acontecimiento: la existencia de un diccionario espléndido en su factura cuya base lexicográfica es ejemplar en la medida en que responde a la historia misma de tres siglos de incansable labor académica. Así, el código de nuestra lengua aparece en sus páginas con un código ejemplarmente entramado más allá de las distancias geográficas y culturales presentes tanto en la península como en las Américas y las Antillas, las Filipinas e, incluso, la Guinea Ecuatorial. Tres siglos de vida, en constante cambio, perfilan la concepción de un inefable instrumento de comunicación y, a la vez, de fijeza.
RENÉ FORTÍN MAGAÑA, Director de la Academia Salvadoreña de la Lengua: El diccionario de la Lengua número 23, que ha aumentado sustancialmente el número de entradas, entre ellas una buena cantidad de americanismos y parece estar destinado a la última edición en papel, constituye una obra monumental, con variadas palabras novedosas. Está contenido en una edición de lujo, con su respectivo estuche, y destinado a satisfacer las necesidades de los hispanohablantes que lo esperan con ansiedad. El diccionario número 23 constituye uno de los más significativos hitos en el quehacer de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua (ASALE).
Términos nuevos o acepciones nuevas incorporados al nuevo Diccionario de la lengua española del 2014:
TECNOLOGÍA, INFORMÁTICA Y REDES SOCIALES
Tuit, tuitear, tuiteo, tuitero, dron, hipervínculo, wifi, bíper
MEDICINA
Bótox
SICOLOGÍA
Serendepia
RELACIONES
Amigovio, conflictuar
CARACTERÍSTICAS PERSONALES
Papichulo, Platicón
PROFESIONES, ACTIVIDADES
Notero
PRENDAS DE VESTIR
Zíper
DEPORTES
Jonrón, taquito
EJERCICIOS
Pilates
ESPECTÁCULOS
Vestuarista
MÚSICA Y BAILE
Tanguear
OBJETOS
Lonchera, miguelito
VEHÍCULOS
Motoneta
MANIOBRAS
Cajonear
TÉRMINOS DESPECTIVOS
Sudaca
ACEPCIONES
Femenino: desaparece débil y endeble
Gallego: se elimina tonto
Masculino: desaparece varonil
Matrimonio: se agrega unión entre parejas del mismo sexo