En la ceremonia de cambio de mando, Valdés inició su discurso recordando a mujeres que en su momento no fueron aceptadas en instituciones como la científica Marie Curie en el Instituto de Francia o la filóloga María Moliner, que fue descartada de la Real Academia Española (RAE).
«No le llego al talón ni a una ni a la otra, advierto. Lo que ha cambiado no es una sola persona, es el sentido común de la época. No tiene que ver con un mérito personal, sino con aperturas, con inclusiones, con cambios en la conciencia colectiva», señaló la nueva directora.
Con este nombramiento, Valdés también se convertirá en la primera mujer en presidir el Instituto de Chile, que agrupa a seis academias relacionadas con las letras, las ciencias y las bellas artes, entre ellas la Academia de la Lengua.
Entre sus prioridades, la nueva directora señaló su afán de vincularse «cada vez más con la ciudadanía, con la opinión pública, con la vida política y cultural del país».
Valdés también agradeció a su antecesor, Alfredo Matus, su labor en los últimos 23 años y también alabó su implicación en el cambio que se produjo en la configuración del diccionario en 1998.
«Todos sabemos ya que nuestro diccionario no es el de la RAE, sino el Diccionario de la Lengua Española y que no recoge el español de España, sino el español del mundo, el de la Asociación de Academias de la Lengua Española», explicó.
Adriana Valdés (Santiago, 1943) se incorporó a la Academia Chilena de la Lengua en 1993 y desde 2010 fue vicedirectora de la Institución.
Fue la quinta mujer en acceder a esta institución, que en la actualidad cuenta con 8 académicas de un total de 34 miembros de número.
Valdés estudió Literatura en la Universidad Católica de Chile y fue docente de la Facultad de Letras.
En 1975 ingresó como traductora en las Naciones Unidas y entre 1991 y 2001 ejerció como directora de Documentos y Publicaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En 2003 recibió el Premio de Traducción otorgado por la Universidad Católica de Chile y en 2010 obtuvo el Premio Altazor por su ensayo Enrique Lihn: vistas parciales.
Valdés asumirá la dirección de la Academia por un periodo de tres años, no renovables por las limitaciones de edad en los estatutos.