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Entre nosotros la hispanidad resulta una redundancia, pues más del 63 por ciento de la población miamense es de origen hispano. Sin embargo, según varios estudios, el español está en fuga. La constante avalancha de inmigrantes mantiene cierto espejismo de bilingüismo, pero los hispanos de segunda y tercera generación —que elevan cada vez más las barras estadísticas— prefieren el inglés, cosa natural. Su idioma de herencia es deficiente: mal construido, extrañamente pronunciado y pobre de vocabulario.
Miami, bilingüe en la práctica, pero no en la teoría. Ese fue el título de una presentación del profesor de lingüística de Florida International University, Phillip Carter, durante la reciente Conferencia de Educación Bilingüe, celebrada en el Miami Dade College. Carter fundamentó las causas de esa tendencia de mudanza hacia el inglés. La ciudad pudiera perder su fisonomía y el activo de la lengua, con la consecuente afectación a la actividad económica, alertó.
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