Empecemos con una palabra de cinco sílabas: enantiosemia. Se trata de «un tipo de polisemia en el que una palabra tiene dos sentidos opuestos», como explica Fundéu en el primer volumen de su Compendio ilustrado y azaroso de todo lo que siempre quiso saber sobre la lengua castellana.
Estas palabras con dos significados opuestos también se llaman autoantónimos. Es decir, significan una cosa y la contraria. Alguno puede suponer que la Real Academia de la Lengua se ha rendido y ya le da todo igual, pero el origen de estas enantinosemias suele ser rastreable. Como explica Fundéu, a veces son el resultado de los usos irónicos y en ocasiones, de las antífrasis, una figura retórica por la que «se designan personas o cosas con voces que significan lo contrario de lo que se debiera decir». Veamos 19 ejemplos:
Alquilar: significa tanto dar algo en uso a cambio de un precio durante un tiempo determinado como tomar algo para usarlo a cambio de un pago. Es decir, el sujeto de la frase «Pedro alquiló un piso» puede ser «tanto quien cede algo en alquiler como quien lo toma».
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