Afirmar que dos cabezas siempre piensan más que una puede ser un tópico, pero, si la cabeza pensante que asesora es la de la Unión de Correctores, está claro que cualquier debate lingüístico se va a ver enriquecido por la opinión de sus miembros. Celosos del lenguaje y escrupulosos con la norma académica por oficio y vicio, los profesionales de esta asociación presidida por Álvaro Martín Valcárcel llevan meses aportando ideas y argumentos en el marco del Laboratorio UniCo-Fundéu, coordinado con mano sabia por Fernando Valdés Taboada.

Todo surgió de la manera más natural: seguidores fieles y consultantes habituales de la Fundéu, cabía esperar que los miembros de UniCo sintieran curiosidad por asistir a alguna de las reuniones matutinas en las que analizamos la actualidad periodística desde el punto de vista del lenguaje. En efecto, cuando se les invitó a asistir a uno de los encuentros celebrados con nuestro Consejo Asesor, se mostraron encantados de participar y su presencia en tales sesiones pasó de ser una novedad bienvenida a darse por sentada.

Quincena a quincena, diversos representantes iban turnándose para participar y sumar propuestas, razones, matices. Tan a fondo se discute cada asunto que a menudo quedan pendientes algunos puntos del orden del día. ¿Por qué no, nos propusieron, derivar estas cuestiones no atendidas a quienes estuvieran dispuestos a estudiarlas? Entre los miembros de UniCo había numerosas personas que participarían encantadas en una iniciativa así. Sus conclusiones no nos comprometerían, pero servirían sin duda para ampliar nuestra visión de cada término examinado. Podrían sugerir recomendaciones sobre usos inadecuados que ellos detectaran, además. Lo harían con sumo gusto. Intercambiaríamos dudas cada dos semanas. Solo podía salir bien.

Y así ha sido. Gracias a esta colaboración, en los últimos meses hemos recomendado que la ciudad siria tomada por el grupo yihadista Dáesh se escriba en español Baguz, grafía preferible a las formas con hache Baghuz Baghouz. También hemos ofrecido alternativas a un anglicismo con solera como one hit wonder: ¿para qué optar por una expresión que ni está en español ni es breve ni necesariamente reconocible para una persona con conocimiento de inglés medio? Mucho mejor promover giros como cantante/artista/grupo de un solo éxito. O, por poner solo otro ejemplo, las antenas lingüísticas de los miembros de este laboratorio localizaron una conjugación inapropiada: por extendida que esté la conjugación sin diptongo, el verbo acrecentar se conjuga en presente acrecienta, no acrecenta.

El intercambio de pareceres es fluido y ha continuado incluso durante el periodo de confinamiento. Cualquiera que haya seguido las reuniones por internet de abril y mayo con el Consejo Asesor podrá comprobar que estaban invitados tanto el presidente de UniCo, Álvaro Martín Valcárcel, como el coordinador del Laboratorio UniCo-Fundéu, Fernando Valdés.

Por supuesto, confiamos en que estos contactos se redoblen una vez que alcancemos esa normalidad, más o menos novedosa, que todos anhelamos. No hay conversación que no mejore con un café por medio, en especial si a alguien le gusta el café americano y solo los preliminares dan pie a comentar las diferencias entre los cafés de España y los de Venezuela, entre el español europeo y los de las distintas regiones de Hispanoamérica. Al fin y al cabo, otra de las ventajas de este colaboración es que entre los socios de UniCo hay representación hispanohablante. Como diría Joaquín Sabina, nos sobran los motivos.