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| Agencia Efe

Pedro Luis Barcia responsabiliza a la docencia y a los medios del empobrecimiento del lenguaje

El director de la Academia Argentina de las Letras, Pedro Luis Barcia, responsabilizó a «la docencia y algunos medios» del empobrecimiento generalizado del uso del idioma español por parte de los jóvenes y los ciudadanos en general.

«Lo que más me preocupa son dos desvíos del idioma muy graves, la vulgaridad y la pobreza lingüística. Ha habido un empobrecimiento gradual de los comunicadores en el manejo de lo que era el esplendor y la riqueza del léxico que es muy penoso», dijo.

Barcia participó en una mesa redonda sobre el idioma español en la primera jornada de trabajos de la 64 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que se celebra en Madrid.

Junto a él, disertaron sobre la situación de una lengua hablada por más de 450 millones de personas el director de la Academia Mexicana de la Lengua, José Moreno de Alba, y el director de la Real Academia Española de la Lengua, Víctor García de la Concha, con el presidente de la Agencia Efe, Álex Grijelmo, como moderador.

El lingüista y profesor argentino recordó los tiempos en que «los diarios nos enseñaron a escribir y las radios nos enseñaron a hablar», en contraste con el momento actual en el que «para los comunicadores de radio y televisión todo es ‘fantástico’, lo mismo un cuento de Borges que unas medias caladas».

En su opinión, en este contexto «la preocupación tiene que instalarse dominantemente en que los muchachos salen de la Universidad con un pésimo manejo de la lengua oral y escrita».

«Las Universidades han dejado de lado la oralidad y sólo están en los trabajos escritos. Los profesores no están preparados para los lenguajes mediáticos», manifestó Barcia.

Se trata de «disfunciones graves», incidió el académico argentino, porque si hace 10 años los jóvenes universitarios empleaban una media de 1.200 palabras en su vocabulario hoy utilizan sólo 600 y «el resto son una reiteración de las mismas palabras».

«Vienen (a la Universidad) sin leer el diario, les tenemos que enseñar a leer el diario en la Facultad de Comunicación, porque la muchachada se ha pasado a la televisión, luego al internet y luego al celular», dijo Barcia, hablando de su experiencia como docente.

Detrás de todo esto, argumentó, hay un problema de mucho mayor calado, puesto que «el que no tiene posibilidad de hablar con precisión no puede manifestar lo que quiere y es un ciudadano de segunda. No tiene derecho a la libertad de expresión, es cautivo de su propia discapacidad y limitación».

«Y eso —añadió— lo generamos entre la docencia y algunos medios».

«En una democracia no es útil una persona que no es capaz de dialogar, de articularse con el otro; y lo que no sale por la boca, sale por el sopapo, por el palo o por la pedrada», advirtió.

Barcia habló de los esfuerzos que la Academia argentina ha puesto en marcha con distintas instancias periodísticas para mejorar el uso del lenguaje en los medios de comunicación y consideró «una vergüenza» el escaso apoyo que han encontrado en el Gobierno.

Antes de su intervención, los directores de las Academias española y mexicana hablaron del buen funcionamiento de las Fundaciones del Español Urgente (Fundéu) en sus respectivos países, y Barcia apuntó con sorna que «en la Argentina prometen que algún día tendremos también esta instalación».

«Yo salgo todas las mañanas al puerto y miro a ver si vienen las carabelas, pero creo que difícilmente lleguen en nuestra situación actual de país. Voy a morir con el complejo de Moisés de no ver la tierra prometida de la Fundéu», declaró.

Pero esto no quiere decir, aclaró, que la Academia argentina vaya a bajar los brazos y expresó su curiosidad por «el maridaje del mundo del periodismo y de la academia», por saber «qué nace de un académico y una periodista, o al revés».

«No soy especialista en centauros, pero pienso que podemos tener sorpresas extrañas», dijo.

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