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El punto y coma se agarra como puede al papel. Piensa que en los libros y en algunos documentos aún puede sobrevivir un tiempo porque en los dispositivos móviles no ve porvenir: ahí nunca lo han querido.
Hay ciertas palabras que perviven solo en determinadas expresiones y parecen carecer totalmente de uso fuera de ellas.
Hay algunas palabras a las que parece que les guste ir de la mano: los fumadores parece que siempre sean empedernidos, que las discusiones resulten invariablemente acaloradas y que los marcos sean necesariamente incomparables.
Decían los personajes de Gaturro en tira reciente «¡¡Una ‘selfie’!!» y «¡CLICK!». Al respecto, cabe anotar que ya la Fundación del Español Urgente, Fundéu BBVA, propuso la forma selfi como españolización del término inglés selfie.
La última propuesta del #yolollamo retaba a los seguidores de las redes poner en común todas las formas conocidas en español para denominar a los pijos.
Uno de los atractivos más celebrados de la ciudad de Santo Domingo es el lujo incomparable de su malecón.
Los habitantes de La Rioja, la región que ostenta ese título informal y honorífico dicen joder, tío y conjugan -como casi todos los españoles- la segunda persona del plural utilizando el vosotros. También pronuncian la z.
Un comercial de televisión que anuncia sopa de pasta instantánea repite la locución «¡Qué hambre!», al tiempo que aparece escrito sobre la imagen el letrero «Que hambre!», sin signo de exclamación de entrada y sin tilde en el primer término.
El lenguaje propio de los medios de comunicación digitales, como el chat y las redes sociales, no representa una amenaza para la identidad lingüística del español, afirmó la filóloga y lingüista Concepción Company Company, miembro de El Colegio Nacional (ECN).
Algunas palabras viven al margen de la cancelación de antecedentes y sin fecha de caducidad.
David Gallego, de la Fundéu BBVA, comenta la actualidad del lenguaje deportivo en el programa A diario de Radio Marca.
Desde sus inicios, Elena Hernández (Madrid, 1964) lleva ejerciendo de médica de cabecera de los usuarios de la lengua, al principio por carta o correo electrónico y hoy mayoritariamente por Twitter (@RAEinforma), bajo la marca #RAEconsultas. «Llámalo etiqueta mejor que hashtag», sugiere.
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