Estas son algunas de las conclusiones de las mesas de trabajo desarrolladas hoy en el seminario, que se celebra con el título El lenguaje en la era de la posverdad, que ayer inauguró la reina y que está organizado por la Fundación San Millán y la Fundación del Español Urgente (Fundéu), promovida por la Agencia EFE y el BBVA.

El Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española (Cilengua), ubicado en el Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla (La Rioja), Patrimonio de la Humanidad, ha acogido hoy las mesas sobre El lenguaje de las emociones y El fenómeno Trump y las noticias falsas.

La desinformación llega por todos los lados, va un paso más rápido que las noticias verdaderas

 

El escritor y periodista mexicano Esteban Ilades, que ha realizado trabajos sobre las elecciones en Estados Unidos, ha señalado que, en el siglo XXI, «la desinformación llega por todos los lados, va un paso más rápido que las noticias verdaderas» y por eso «hay que tomarse esta cuestión muy en serio».

Ha alertado de los efectos que, por ejemplo, tienen las noticias falsas difundidas en internet en las elecciones de diferentes países, en especial ahora mismo en India o Italia; pero, a la larga, las noticias falsas tienen efectos más importantes que los comicios porque «crean una realidad paralela que nos toca a todos».

Para él, «los efectos a largo plazo de las noticias falsas pueden ser muy preocupantes, sobre todo porque crean una división en la sociedad».

Ante las noticias falsas «todos nos posicionamos, entre los que las creemos y los que no» y, «luego, ves que eso genera, también en internet, continuas discusiones que terminan por fracturar a la sociedad».

Ha incidido en que la utilización de noticias falsas desde el poder «no es nuevo» y «hay miles de ejemplos en la historia», entre ellos el de Napoleón, que «contrató a pintores y periodistas para difundir que su campaña en Egipto había sido un éxito cuando había fracasado».

Ha indicado que las noticias falsas ayudaron a Donald Trump a ganar los comicios, pero «sus efectos van más allá», en especial porque «crean una división social».

Donald Trump, ha afirmado, fue ayudado a su triunfo electoral por noticias falsas «como que le apoyaba el papa» o que «los mexicanos secuestraban a mujeres americanas», que «fueron creídas por sus votantes, entre los que también había gente formada, con estudios, que elegían creer eso» por cuestiones ideológicas.