Los signos de interrogación y de exclamación son dobles: se abren y se cierran. Esta particularidad es exclusiva de la lengua española, por lo tanto, el signo de apertura es de uso obligatorio.
Que está de moda, que en avisos publicitarios imprime una característica especial, que convence y capta compradores, que en las redes sociales causa impacto, puede ser, pero antes de seguir difundiendo este empleo, debemos sopesar si el efecto que se pretende conseguir, omitiendo el signo de apertura, justifica el perjuicio que se podría ocasionar a la herramienta lingüística.
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