Cuatro jinetes tiene la lengua, nuestra lengua materna: el verbo y el adverbio; el sustantivo y el adjetivo; los dos primeros sirven para la narración, los otros dos para la descripción y, los cuatro, sirven para la argumentación, que es saber codificar y decodificar. En estos procesos está la lengua viva, la de la comunicación.
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