Como en un juego literario protagonizado por las fechas, cinco años más tarde, el 27 de febrero de 1932, la Real Academia Española la acoge como academia correspondiente.
Manuel Patín Maceo, miembro fundador y autor del primer diccionario de dominicanismos digno de tal nombre, confesaba que acostumbraba a «mezclar el pensamiento con los latidos de su corazón». Quizás por eso era un apasionado confeso de la lengua española y del Quijote, al que cuentan que citaba largamente. Combinando humor y amor al Quijote decía que «en el patriotismo (a lo menos en el nuestro) suelen confundirse don Quijote y Sancho Panza; no es raro que el patriotismo se vea trasladado del alma al estómago. Por eso hay que poner a los patriotas de oficio en detenida cuarentena».
Leer más en www.diariolibre.com.