En 2001, Apple lanza al mercado el iPod y la Wikipedia ilumina el mundo con sus primeros artículos. En 2003, Intel incorpora el wifi en sus procesadores, con lo que el uso de redes inalámbricas se generaliza. En 2004, algunos estudiantes de Harvard ya se comunican a través de la plataforma ideada por un tal Mark Zuckerberg, Facebook. En 2005, nace YouTube. Un año después, el pájaro azul comienza a piar.
Y aún hay más. En 2009, llega a los móviles la estrella de la mensajería instantánea: WhatsApp. Un año más tarde, la empresa de la manzana mordida presenta su nueva apuesta, el iPad, con lo que las tabletas se popularizan. Allá por el 2013, surge un híbrido, la phablet o tabléfono. ¿O es tabletófono? ¿Se dice fableta?
Al mismo ritmo frenético con el que avanza la tecnología y surgen nuevas modas en internet, los usuarios tienen que adaptarse a las palabras que acompañan a cada aparición. Al principio, cuesta, sobre todo cuando los términos vienen del inglés. ¿Será femenino? ¿Será masculino? ¿Cómo se utiliza el plural? ¿Se pronunciará así o asá?
Para echarnos una mano, la nueva edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) incorporará algunas de estas denominaciones, aunque otras se quedarán fuera. La institución no quiere revelar aún las elegidas, pero saldremos de dudas el próximo jueves, cuando se presentará la que ya es su 23.ª versión. La anterior se publicaba también un 16 de octubre, pero de aquel remoto 2001.
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