Si eres una persona molesta, pesada o fastidiosa, entras dentro de los canones de nuestro siguiente insulto. Sin necesitar de un contexto concreto, siempre puede haber alguien que no trague al sujeto que tiene enfrente. «¡Vaya asco de tío!» puede ser el pistoletazo de salida a un calificativo que no siempre tuvo el grave significado de ofensa que hoy posee. Pero vayamos por partes.
Pancracio Celdrán, en su Inventario General de Insultos, explica que el término asqueroso, como voz ofensiva e insulto, «se dice de la persona que por su aspecto físico o conducta moral causa repugnancia en quien la trata». En cuanto a su etimología, señala que sus raíces son latinas, «eschara: lleno de costras, y antes del griego esjara: pústula causada por quemadura».
Sebastián de Covarrubias escribe en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611):
Porque toda cosa suzia da horror y asco.
[…]
Leer más en abc.es