Ambos, en diferente momento, por supuesto, al ser la máxima autoridad romana, decidieron trascender, modificando el calendario.
Con su intervención, los meses que bautizaron con sus nombres (julio y agosto, respectivamente), quedaron como meses de treinta y un días (no podía ser uno menos que el otro). Así dejaron a febrero como el más pequeño y el que compensaría cada cuatro años con un día extra, para evitar el desfase con el Sol.
Otro aspecto destacable, relacionado con el idioma, es que en este mes en Europa celebran el Día de la Hispanidad y aquí el Día de la Raza. Ambas conmemoraciones están vinculadas a que el 12 de octubre de 1492 Cristobal Colón dio por fin con tierra firme.
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