Latorre Sentis, uno de los físicos españoles más reconocidos a nivel internacional en el campo de la física cuántica, ha pronunciado la conferencia inaugural del XIV Seminario Internacional de Lengua y Periodismo «El español y las máquinas: lenguaje, ética y periodismo».

Este seminario, que organizan la Fundación San Millán y Fundéu BBVA —patrocinada por la Agencia EFE y BBVA— ha sido inaugurado este jueves por la reina Letizia, en un acto en el que ha intervenido la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu.

En su intervención, el catedrático ha repasado la historia de la humanidad vinculada a la creación de máquinas y cómo ese desarrollo ha supuesto un «acomodamiento» y una «delegación»; y, por ejemplo, el ser humano actual es menos fuerte que hace siglos «porque nadie sube escaleras», ha bromeado.

Así, ha relatado, el nivel de cálculo mental se ha reducido mucho desde hace décadas por el uso de máquinas, y «el castellano también se ha resentido» porque «al escribir todos pensamos que habrá un corrector».

Esta situación «hace unos años era más tácita, pero estamos en una época en la que las máquinas toman decisiones», lo que supone, a su juicio, un «declive ético» aceptado por el ser humano, por ejemplo, «cuando se dice que una decisión ha salido de un programa» y «esa delegación es, en realidad, algo muy profundo y serio».

Se ha llegado a esa situación, «tras un siglo XX vertiginoso», de avances en mecánica cuántica e inteligencia artificial que en el siglo XXI tiene ya implicación en todas las actividades humanas.

«Hemos aprendido a aprender», ha asegurado Latorre Sentís, quien ha explicado que ahora mismo, frente a la idea anterior de que fuera un algoritmo el que le dijera a un ordenador cómo copiar la lógica humana, la corriente científica actual es la de copiar en un ordenador la red neuronal humana «y enseñarle como a un niño».

Latorre Sentís se ha referido a la existencia de aplicaciones de inteligencia artificial que ya se usan como asesorías jurídicas, médicas o empresariales; y a cómo se ha logrado que los sistemas de reproducción de voz avancen hacia el reconocimiento de estados de humor o de la imitación de entonaciones.

Y también ha aludido a que en Estados Unidos existen compañías que hacen entrevistas de trabajo solo a través de máquinas y a que en China se monitorean las caras de escolares para saber si atienden o no.

Pero es, ha dicho, en la ciencia médica donde más se pone en cuestión el uso de inteligencia artificial por la posibles errores de los ordenadores frente a los médicos humanos.

«Hay que analizar cuestiones éticas, entre todos, como quién programa esas máquinas y quién supervisa el proceso», ha afirmado, «aunque esa frontera ética esta en todas las disciplinas humanas y, por cierto, es dramática en el caso del periodismo».

«Hay que pensar y codecidir», ha recalcado, porque hay que responder a cuestiones como «si las máquinas son entes jurídicos» y, «ante eso, los gobiernos no pueden mirar a otro lado, aunque lo están haciendo».

Ha insistido en que los gobiernos no pueden hacer más «dejación de funciones» porque «entramos en la era de la supremacía cuántica» y ha recordado que hace escasos días se dio a conocer la creación del primer ordenador cuántico, que ya podría intervenir cualquier transacción u operación tecnológica que se haga en toda la tierra.

Ante esta situación, «no nos queda más que preguntarnos qué nos espera y qué significa nuestra especie, si somos solo un eslabón, al que seguirá una forma de vida no biológica» y «si esa vida será benévola», algo que él cree que sí.

En el futuro, «las máquinas nos cuidarán, nos acompañarán o nos harán reír», ha defendido, y «hay que comprender y conocer ese proceso», ya que «si no lo hacemos, perdemos libertad» y porque «la clave están en la ética de verdad sobre esta cuestión, pero no solo hablando, sino legislando», dado que «vamos a generar máquinas que van a cambiar nuestra forma de comprender la vida y relacionarnos».