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| Ana Mendoza (Agencia Efe)

La Academia «refundará» su Diccionario para responder al reto del siglo XXI

La Real Academia Española debe «refundar» su diccionario para «responder al reto del siglo XXI» y darle continuidad en la era digital, pero sin que pierda «su identidad» y el carácter normativo que ha tenido hasta ahora.

Diccionarios en la era digital. Clausurado el simposio sobre el futuro de estas obras lexicográficas.

Esta sería la principal conclusión que, en opinión del secretario de la RAE, Darío Villanueva, se podría extraer del simposio internacional «El futuro de los diccionarios en la era digital», que durante tres días ha reunido a lexicógrafos, editores e informáticos.

«Ha sido una auténtica tormenta de ideas. Es un cambio de paradigma», aseguraba Pedro Álvarez de Miranda, director de la 23.ª edición del Diccionario, que se publicó hace tres semanas en todo el ámbito hispanohablante.

«Se necesitan planes sólidos a corto y medio plazo. Y se necesita financiación, pero el dinero es más fácil de conseguir si se tienen ideas», decía Guillermo Rojo, director del Corpus del Español del Siglo XXI.

Al finalizar la sesión en la que los académicos Álvarez de Miranda, Rojo, Juan Luis Cebrián, Ignacio Bosque y José Antonio Pascual resumieron el contenido de las diferentes sesiones, Darío Villanueva dijo, en declaraciones a un grupo de periodistas, que a la Academia le había “reconfortado el ver que los expertos les confirman lo que la RAE pensaba que tocaba ahora: la refundación del Diccionario».

«El diccionario sigue siendo una obra utilísima, pero ahora, 300 años después de la fundación de la RAE, toca plantearse la refundación de esta obra para darle continuidad en el diccionario digital», subrayó el secretario.

La Academia no parte de cero para esa tarea. Desde el 2001, la edición digital del Diccionario de la lengua española, que en octubre recibió casi 47 millones de consultas, se ha actualizado en cinco ocasiones.

«A principios del próximo año», se volcará en la red la 23.ª edición del Diccionario «con nuevos recursos de navegación», señaló Villanueva.

También, la RAE cuenta con «estudios de campo sobre las demandas de servicios lingüísticos de los hispanohablantes hacia la Academia», que podrán ser útiles para el Diccionario del futuro.

Ahora, «se trata de sumar todo en un plan orgánico, estratégicamente bien trabado, secuenciado en el tiempo: qué queremos hacer, en cuánto tiempo se puede hacer, con qué recursos humanos y cuánto va a costar», afirmaba Villanueva.

Y, mientras se planifica «ese Diccionario refundado», todos los trabajos previos «redundarán en la mejora» del Diccionario que se pondrá en la red a principios del año próximo. Se podrá actualizar «con mucha más frecuencia» de lo que se ha hecho hasta ahora.

Y al no haber limitaciones de espacio en internet, el futuro Diccionario podrá tener muchas más entradas que las 93 000 que tiene ahora. Y habrá también «interacciones entre léxico, gramática, aspectos sociolingüísticos y fonéticos», añadió el secretario.

De cara al futuro, «hay una inmensa tarea por delante», aseguró Álvarez de Miranda. La Academia «va por un camino muy razonable», al haber puesto en internet todas sus obras, añadió José Antonio Pascual, director del Nuevo diccionario histórico de la lengua española.

«Nos encontramos ante un cambio clave, ante una cultura radicalmente nueva», subrayó Cebrián, quien opina que las empresas «no se pueden transformar digitalmente, sino crear digitalmente», y eso causa «conflicto» entre las generaciones que no son nativos digitales.

«Hasta ahora, ninguna empresa digital del mundo se ha transformado. Lo que hay son empresas ‘nativas digitales’ como Google o Amazon», dijo Cebrián, presidente del grupo Prisa.

Y el diccionario del futuro «no consiste en meter en soporte digital el de papel. Es una planta digital nueva, y lo que nos tenemos que preguntar es si lo digital admite plantas», añadió Cebrián.

Ignacio Bosque, director de la Gramática académica, puso el dedo en la llaga al decir que los proyectos que tiene la Academia para su Diccionario necesitan «financiación», pública o privada. Sin ella, no se podrán desarrollar.

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