En busca de una reivindicación social de las mujeres a través del lenguaje, han aparecido soluciones descabelladas: la primera fue el empleo de la @ para indicar el femenino, la cual, por suerte, ha ido perdiendo fuerza; sin embargo, las repeticiones: «niños y niñas», «trabajadores y trabajadoras»... generadoras de textos innecesariamente largos, repetitivos y aburridos, tienen mayor permanencia e, incluso, son recomendadas por algunos.
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