Durante su primera visita institucional a la sede del IEC, Villanueva ha agradecido y ha dicho sentirse honrado por la invitación y ha explicado que, ante el hecho de que ambas instituciones tienen retos y preocupaciones parecidas en la época de la sociedad digital, está previsto que ambas concreten su colaboración a partir de un convenio que, entre otras cuestiones, contemplará el envío recíproco de publicaciones.
Asimismo, ha avanzado de que habrá una mayor fluidez de contactos entre ambas instituciones, que se «irán concretando en cada caso», teniendo en cuenta que «hacemos lo mismo, ya sea para una lengua, ya sea para otra lengua».
Para Villanueva, este tipo de academias tienen un «reto enorme» por los cambios que comportan las nuevas tecnologías, que «abren un horizonte de posibilidades ilimitadas y pueden tener una influencia nunca antes equiparable», siempre y cuando ellos se sepan adaptar a ellas.
En el mismo sentido se ha pronunciado la presidenta de la Sección Filológica del IEC, Maria Teresa Cabré, quien ha indicado que llevan a cabo «proyectos parecidos, en un momento en el que cuestiones como las de la aceptación de palabras nuevas han cambiado mucho con respecto a unos años» y tampoco ha rehuido que pueden compartir «criterios metodológicos» en temas de normalización lingüística.
A juicio de Villanueva, tanto los fundadores de la RAE como sus continuadores en los siglos XIX y XX vivieron tranquilos, pero ahora hay que «lanzar las antenas» para captar constantemente lo que ocurre en la sociedad.
«Me siento muy amparado -ha precisado- de escuchar a los miembros del IEC que también están preocupados por lo mismo que yo. Me siento reconfortado y espero que la colaboración sea muy benéfica».
Por otra parte, y a preguntas de los periodistas sobre cómo ve el castellano en Cataluña, Darío Villanueva ha señalado que no tiene una «información específica», pero ha dejado claro que «tampoco es un tema de preocupación para la RAE».
Ha precisado que desde el año 1978, la Constitución avala las lenguas cooficiales del Estado y ha reconocido que cuando se le hace la pregunta sobre la situación del castellano en términos generales siempre contesta que él no es un «doctor que pueda emitir un diagnóstico sobre esto» puesto que los idiomas «no tienen buena o mala salud, sino que son instrumentos que funcionan o no, que prestan servicios».
Respecto a si cree que el castellano está marginado en Cataluña, el director de la RAE se ha limitado a aseverar que: «no voy a pronunciarme sobre una cuestión política. He venido a una reunión muy grata y constructiva y no quiero meterme en camisas de once varas», ha subrayado.
Asimismo, ha dejado claro que tanto la RAE como el IEC son «operativos funcionales, al servicio de nuestras respectivas lenguas y más allá de eso no intervenimos».