Los signos de puntuación marcan la velocidad de lectura y la curva melódica de cada frase. Por eso, al escribir, no se puntúa de la misma forma el paseo de un anciano con bastón que la carrera de un joven que huye de sus secuestradores.

El uso atinado de los puntos y las comas, así como su eliminación a cambio de repetir la conjunción «y», no solo marca el ritmo de las acciones, sino que puede reforzar la caracterización de los personajes.

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