Pues sí: la concejala y la edila son femeninos adecuados, y preferibles, para referirse a las mujeres que forman parte de una corporación local.

Como muchas otras palabras que designan cargos y profesiones, estos términos fueron solo masculinos (el concejal) mientras solo los hombres ocuparon tales puestos. Cuando las mujeres empezaron a desempeñar esas funciones, comenzaron a usarse como palabras comunes en cuanto al género, es decir, con una misma forma para el masculino y el femenino y con el género indicado mediante el artículo u otros determinantes que las acompañen: el concejal/la concejal, el edil/la edil.

El siguiente paso de esa evolución es el desdoblamiento con formas diferentes para cada género (el concejal/la concejala, el edil/la edila), un paso que ya se ha dado en el uso culto, como recoge el Diccionario académico desde hace casi treinta años (las formas femeninas aparecen desde 1992).

Esa obra señala que siguen usándose, y no son censurables, las formas la concejal y la edil para referirse a mujeres, pero, si ya existen variantes femeninas asentadas y correctas, no hay razón para no preferirlas.