El cuerpo humano necesita recibir información en forma de sonidos. Igual que la vista es capaz de diferenciar sutiles cambios lumínicos o diferencias en las formas, el oído es capaz de seleccionar información sonora según sus intereses. Es por ello que el audio se convierte en un elemento importantísimo para la edición web.
En los últimos años, el audio ha experimentado un auge increíble en el mundo web bajo la evolución de la cultura podcast. Este modelo ha catapultado los contenidos sonoros al trono de la portabilidad y la descarga, haciendo del elemento audio un factor indispensable en proyectos de difusión de contenidos en línea. No debemos olvidar la evolución de los algoritmos de compresión de audio, tales como los utilizados para los formatos MP3, AAC o ASF, entre otros.
Es curioso analizar el valor funcional del audio en la edición web. Podemos ver que ha ido cambiando y evolucionando con el paso de los años. Desde el mero disfrute de un fichero de audio embebido en la web, que se pueda escuchar con un dispositivo software específico (o player), a convertirlo en el fondo sonoro amenizador del sitio web corporativo, o incluso a crear espacios que simulan generadores y sampleadores de audio que componen estructuras sonoras a modo de juego. Si bien algunos de estos casos están cada vez más en desuso, o vinculados a promociones y páginas corporativas, la revolución del audio ha ido en otro sentido, directo a su uso como un elemento de interacción entre los usuarios: emisión de contenidos (broadcast), telefonía (IP) y teleconferencia.
Es por ello que el audio en estos momentos es un elemento vital en la edición web, no como banda sonora, sino como contenido en sí mismo y prueba de ello es la cantidad de material sonoro que podemos encontrar en modo descarga o streaming: conferencias, conciertos, programas radiofónicos, etc. Esta evolución nos indica que internet nos permite escuchar la información con mucha más fuerza que nunca, construyendo en la misma red una especie de gran espacio radiofónico sin límites temáticos.