Noticias del español

| Álex Grijelmo (El País.com, España)

Los errores que se reconocen en subjuntivo

La gramática nos da muchas pistas para ver el grado de convicción de quien habla.

El subjuntivo del español se ha especializado en la irrealidad. El indicativo, en cambio, prefiere ver la vida como es.

De acuerdo: ésa no es una afirmación científica. Pero sirve para esta explicación.

El subjuntivo sub-junta: o sea, junta por debajo: supedita, subordina.

«Yo canto» es indicativo. «Yo cante», subjuntivo. El primero se basta solo, mientras que al segundo le gusta colgarse de otra idea: «No es bueno que yo cante».

La irrealidad engloba (en términos gramaticales) la incertidumbre, la conjetura, la posibilidad, las emociones y las obligaciones (sobre todo si no se han cumplido). Es decir, el subjuntivo representa lo subjetivo, frente a la sensación de objetividad del indicativo. Contamos en indicativo «veo que viene Bernarda» (se ve la realidad, es algo objetivo para la gramática); pero en subjuntivo «me sorprende que venga Bernarda» (la sorpresa es una emoción, y por tanto subjetividad). Decimos «creo que el Séptimo de Caballería llegará a tiempo»: y esa creencia nos parece real conforme a la historia del verbo «creer»: ‘tener por cierto algo que no está comprobado’.

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