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| Agencia Efe

J. M. Blecua: El deterioro de la lengua revela el fracaso de la enseñanza

El nuevo director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, no cree que los mensajes de móviles o los chats influyan negativamente en el lenguaje, pero sí le preocupa el deterioro progresivo que experimenta la lengua española porque eso «revela el fracaso de la enseñanza primaria y secundaria».

«No hay planes de formación lingüística adecuados, y es prioritario enseñar a leer, a escribir y a hablar», afirmó Blecua en una entrevista con Efe, en la que habló de la necesidad de «continuar con la política lingüística panhispánica» y de la importancia que tiene internet para difundir la labor que hacen estas instituciones, entre otros temas.

Cuatro días después de haber sido elegido director, Blecua (Zaragoza, 1939) se siente muy honrado, pero le ha aumentado el temor por la responsabilidad que se le viene encima.

«Es un honor muy grande. Yo que he sido profesor de Instituto, quién me iba a decir a mí que después de enseñar a chicos de diez años iba a llegar a dirigir la Academia», dijo Blecua, quien, con su modestia habitual, lo atribuye a «una casualidad, una suerte».

Blecua es académico correspondiente de la RAE desde 1984, ingresó oficialmente en la Academia en 2006 y durante tres años fue secretario de esta institución. Experiencia no le falta.

Suceder a Víctor García de la Concha no es cualquier cosa, porque en los doce años que estuvo al frente de la RAE puso en marcha esa política lingüística que ha dado frutos tan excelentes como la Gramática o la nueva Ortografía.

Por eso tiene muy claro que «es el momento de reforzar y de continuar con esa política lingüística, porque, en el fondo, es recuperar lo que ha sido la historia del español, que desde 1492 tiene como dimensión América».

Esa dimensión americana y el interés que suscita la labor de las 22 Academias «en los hispanistas de todo el mundo», están detrás de la intención de la RAE de crear «un gran portal» en internet en los próximos meses, que será «mucho más ambicioso» que el de ahora.

Blecua es consciente de lo «difícil» que es cambiar la imagen que tiene la sociedad de la Academia y contrarrestar las críticas de quienes creen que esta institución no está atenta al lenguaje de la calle y tarda en incluir ciertas palabras en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).

«La culpa es nuestra. Tenemos que aprovechar el portal no solo para poner el diccionario» sino para explicar cómo se hace esta gran obra de referencia, que cada día recibe «más de un millón» de consultas.

En la página de la RAE (www.rae.es) ya se explica ahora ese proceso en varias observaciones, pero «la gente no se las lee, y cree que lo que no está en el Diccionario no se puede utilizar, y eso es una tontería», asegura Blecua.

No obstante, el nuevo director subraya que «no todas las palabras del mundo tienen que estar en el Diccionario». Los académicos siguen «unas normas muy precisas» y cada término que se incluye ha tenido que «estar vigentes durante diez años» y debe estar ampliamente documentado por escrito.

«Hay algunas que tienen una dimensión inmensa y que no están en el Diccionario», reconoce Blecua, para recordar que la capacidad del DRAE es limitada, porque cuenta con unas 88 000 entradas. «¿Qué hay que quitar para poner?», se pregunta.

De todas formas, ninguna palabra se pierde, porque las que salen del Diccionario van a parar al Diccionario histórico que prepara la RAE y que irá apareciendo «directamente en internet».

Blecua ha dedicado más de 40 años a la enseñanza de la Filología. Por eso sabe de lo que habla cuando se refiere al deterioro que sufre la lengua española y asegura que «eso revela que la enseñanza primaria y secundaria fracasan en ese aspecto».

Los alumnos, considera, no reciben la educación adecuada «y no están seguros en su lengua, en la escrita y en la oral». No saben, bromea el nuevo director, «lo que se puede decir delante de una señora», como le inculcaban a Blecua de pequeño.

«Todo eso se ha borrado. Uno pone la televisión o la radio, y oyes unas cosas… El fenómeno llega hasta la Universidad», y eso demuestra que «la enseñanza fracasa», afirmó.

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