Es inevitable, deben de pensar muchas personas. Pero no es verdad. En casos como este, a pesar de que si utilizamos el código Unicode sí que podríamos escribir la letra eñe, hay que ser realista y tener los pies en el suelo. La solución es fácil: la Real Academia Española ha de oficializar un dígrafo (dos letras que sumadas forman un único sonido) para los casos en que el uso de la eñe no sea posible. No hay que pensar sólo en los ordenadores españoles, preparados para el uso de la eñe. Pensemos en todos los ordenadores del mundo y en la comunicación cada vez más universal.
¿Qué hacen los hispanos de Estados Unidos cuando no encuentran la eñe en el teclado? Ponen ni: Espania, penia, cania. A estas alturas, quizás es el dígrafo de uso más extendido, pero no es, ni mucho menos, la mejor solución. Si miramos las lenguas románicas vecinas, en la misma península Ibérica encontramos la combinación nh del portugués y del occitano, y la ny del catalán. Y un poco más allá, el dígrafo gn del francés y del italiano. Cualquiera de estos valdría: con una bendición de la RAE sería suficiente para unificar criterios.
Coincidiendo con Sant Jordi, este año el Foro Internacional del Español convocó un concurso de microrrelatos en Twitter: premios Ñ. La etiqueta, lógicamente, era #Ñ, y la ganadora ha sido Teresa Matas (@tresamagu): «La n se rió de la ñ: doy vida a más palabras que tú. La #Ñ contestó: yo colmo el alma con los sueños y regalo la esperanza con el mañana». Pero a mí el que más me gustó fue el de @JavierLascurain, precisamente por el uso de algunos de los posibles dígrafos entre los cuales la RAE tendría que prescribir uno: «Durante anos, en aquella tierra estranha, echó de menos las canias, los tacos (¡cogno!), el carihno de los suyos… ¡Anioraba Espanha!».
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