Sin embargo, pese al ostracismo con que siempre se los ha tratado, la labor del corrector es fundamental en todo lo que rodea al mundo de la escritura. Sea cual sea, narrativa o publicitaria, técnica o comercial, siempre hay un corrector impartiendo justicia a textos que muchas veces serían ilegibles para el gran público.
Otra de las grandes cuestiones que rodea al mundo del corrector ortotipográfico es la precariedad laboral y la falta de constancia a la que están sometidos. Esto repercute en cuestiones fundamentales como las siguientes:
- No están bien pagados.
- Trabajan dentro de estructuras donde se premia más el tiempo que la calidad.
- Se les ningunea al decir que su labor se reduce solamente a corregir signos de puntuación e identificar erratas.
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