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| Agencia Efe

Clausura del seminario de la Fundéu en la UIMP

El escritor Juan José Millás clausuró, con su personal humor y visión de la realidad y del lenguaje, el seminario El español que hablamos, el español que hablaremos, que se celebró la semana del 18 al 22 de julio, en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, organizado por la Fundación del Español Urgente (Fundéu), dedicada a promover el buen uso del idioma en los medios de comunicación.

Millás afirmó que el lenguaje es un «territorio minado del que no hay que fiarse y que funciona al revés que el dinero, pues el valor de sus unidades, las palabras, -a las que definió como embajadoras de la realidad-, sube como la espuma cuanto más se usan».

En una conferencia que consiguió arrancar constantes carcajadas de los asistentes, el autor de El desorden de tu nombre o La soledad era esto -novela con la que obtuvo el Premio Nadal en 1990- repasó los malentendidos y confusiones del lenguaje que «han determinado mi existencia y mi vocación de escritor» desde que era un niño y, a través de las palabras, comprobó que «el mundo era un disparate».

Esto se debe a que las palabras «tienen una doble vida, una fuera de ti y otra dentro de ti», y a que «son una herramienta para comprender el mundo, pero también te extrañan de él porque tienen sabor, textura, volumen y provocan sentimientos: las hay que curan y que hacen daño, que provocan inquietud o dan tranquilidad».

Las palabras sufren también «enfermedades oportunistas», como las frases hechas que, según Millás, «provienen de las tiendas del todo a cien». «Son palabras asociadas que constituyen un próspero negocio y pueden causar daños irreparables», como le pasó a él cuando descubrió que aquello que decía constantemente su abuela de «no somos nadie» era una de ellas: «Fue para mí como caerme de un caballo».

El lenguaje es «una fuente de confusión y de extrañeza», algo que ilustró con la definición que da el diccionario del término vagina como «un conducto de paredes membranosas que unen la vulva y el útero de las hembras de mamífero». «¿Qué interés íbamos a tener en meternos en ella con la pasión con que lo hacemos?», se preguntó sorprendido por las palabras que definen a este órgano.

Juan José Millás aseguró que «todo el mundo sabe qué hacer con las palabras, pero no tenemos ni idea de lo que ellas hacen con nosotros» y repasó algunas curiosidades de su propio diccionario, en el que detalla los significados que los términos han adquirido en su cabeza y las conflictivas relaciones que mantiene con las palabras.

«Cada uno tiene su diccionario y, pierdan la esperanza, todos son disparatados», apuntó Millás, Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes en 2002 por un artículo sobre el lenguaje y recientemente galardonado con el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo.

Millás, que, según dijo el presidente de la Agencia Efe, Alex Grijelmo, es «un genio» que ha seguido el camino inverso al normal, al llegar al periodismo desde la literatura y no al revés como ha sido el caso de escritores como Gabriel García Márquez, señaló también que «la Gramática es pura ferretería» y que las palabras «están para significar como el destornillador para apretar tornillos».

Las palabras «nos hacen y nos deshacen, se reproducen como insectos y constituyen el único modo de relacionarnos con el mundo». «No hay otro modo», dijo el escritor, que, según anunció a Efe, prepara actualmente una nueva novela de «cocción lenta» y que posiblemente no esté concluida hasta dentro de un año.

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